¿Acaso no te das cuenta? Sólo soy un peón en mitad de un juego. Soy una muñeca que ni siente ni padece. Soy una marioneta que tú mueves a tu antojo. Pero no estoy hecha de paja, no. Tengo sentimientos. No juegues conmigo, podría romperme. Llegué al mundo con un cartel bajo el brazo en el que sólo ponía 'frágil'. A los niños les prohibían acercarse a aquella caja. No les dejaban mirar. No podían tocar. Les impusieron unas normas a cerca de esa caja. Unas normas que tú te saltas con facilidad. Y cada vez que esas normas son incumplidas, una fibra de mi interior se estremece hasta la muerte.
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